Victoria de Green Bay por 31-25 que tras un comienzo de partido arrollador con dos intercepciones al QB rival incluidas (una de ellas retornada para TD en la primera jugada de los Steelers tras encajar su primer TD en contra) llegaron a tener una ventaja de 18 puntos (21-3).
Todos los analistas habían adelantado un partido muy igualado entre ambos equipos y parecía que se iban a equivocar porque los Packers tenían todo controlado... demasiado controlado. Apenas movieron el reloj en el drive que les daría su tercer TD de la noche (así a ojo... menos de un minuto), lo que dejó a los Steelers el tiempo suficiente para anotar uno propio a cuarenta y pico segundos del descanso para recortar diferencias (21-10).
Ahí comenzó, como taaaanto les gusta decir a los yanquis: el cambio en la inercia del partido (change of momentum). Ya en la segunda parte Pittsburgh conseguiría otro TD (21-17) y se pondría a solo 4 puntos con mucho partido todavía por jugar. Y lo peor es que por el camino Green Bay iba perdiendo jugadores a causa de lesiones tanto en ataque como en defensa. La sensación era de que cada pocas jugadas la televisión nos ofrecía un plano de algún packer entrando en el túnel de vestuarios con trazas de no volver a pisar el campo. No fue la mejor parte del partido para los fans de los Packers, desde luego.
A falta de 4:35 min para terminar el tercer cuarto los Steelers fallan, por muuucho, un FG de 52 yardas para ponerse a un solo punto. Y siguiendo con los fallos, en la primera jugada del último cuarto los Steelers pierden el balón tras un fumble forzado por la defensa de los Packers. Green Bay ataca y anota para recuperar la ventaja de 11 puntos (28-17). En el momento de verlo no me di cuenta pero en nfl.com he podido ver que 21 de esos 28 puntos fueron anotados tras una pérdida del balón del equipo rival... bastante significativo ¿no?